Carta de Frida
Dora K. de Grimm (Oma Grimm, 53 años) a Anna M. B. de Bertram (Mumfi, 48 años)
su consuegra. Describe el casamiento de Hans C. Bertram con Frida C.E. Grimm.
Buenos
Aires, 28 de enero de 1938.
¡Mi querida
señora Bertram !
¡Mi
marido y yo le agradecemos su querida carta ! Ahora han pasado los días que nos
brindaron tanta alegría y nuestros felices hijos Peter y Frida ayer se
embarcaron al Brasil. Yo luché y lucho para no estar triste. He puesto en las
manos del querido Peter lo mejor y más valioso que tengo en este mundo, mi hija
Frida.
Lo he
hecho con gusto y alegría en la seguridad que Peter y Frida van a ser felices.
Peter y Frida
Querida
Sra. Bertram, yo me siento muy cerca suyo, ya que a Ud. le está pasando lo
mismo que a mí.
Le
quiero contar como pasaron los últimos días. Friedel y yo llegamos el domingo 8
de enero a Buenos Aires desde Puerto Madryn. Nuestros hijos y mi nietita Irene
nos esperaban. Almorzamos en lo de Rudi y Rosie (hijo y nuera) . De tarde
fuimos a lo de nuestros familiares Oetken en Vicente Lopez, donde nos quedamos
por unos días Fridel y yo.
El
lunes enseguida empezamos a conseguir el en centro los papeles que precisaba
Friedel para entrar en Brasil. Fuimos a la Iglesia Evangélica Luterana a
concertar la fecha del casamiento, luego al Registro Civil y al Club Alemán,
donde festejaríamos el casamiento. Fuimos a una imprenta a dejar hacer las
participaciones para tener todo listo para la llegada de Peter, que sería el
domingo 15 de enero.
¡Lamentablemente el vuelo se atrasó por 24 horas ! ¡Pobres hijos que
desilusión ! El lunes a las 6 de la tarde con 39 ºC de calor, Frida y yo vimos llegar el avión en
el cielo azul y sin nubes, que nos atería a nuestro tan anhelado Peter. El
avión acuatizó en las sucias aguas del Río de la Plata y yo como madre sentía
los corazones de nuestros hijos que se unían. Peter pisó suelo argentino y
enseguida Fridel y Peter se abrazaron y besaron.
Al
terminar con el trámite de la Aduana, a todos los pasajeros les pidieron sus
pasaportes y recibían una notificación para buscarlos a la otra mañana en la
Dirección de Inmigraciones. Nosotros el miércoles 17 tuvimos que llamar a mi
esposo, ya que el sábado a las 11 de la mañana iba a ser el casamiento en el Registro
Civil, para así recibir Frida el pasaporte.
El
sábado a las 9 y 45 tenía que llegar el tren con mi marido, pero recién llegó a
las 10 y 15 horas, con mi marido que no conocía a Peter. Pero dos hamburgueses
rápido se llevan bien. Peter le dijo : "¿Me querés entregar a tú Fridita
?". Y mi marido le respondió : "¡Sí mi amigo, pero la debes proteger
y querer !".
De la
estación fuimos directamente al Registro Civil. Lamentablemente la pareja tuvo
que ir nuevamente a la Policía antes de venir aquí.
Rosie
había preparado un lindo desayuno. Éramos 11 personas. La nueva parejita no se
apartaba uno del otro como lo ven en las fotos. Pasamos unas lindas horas
pensando mucho en ustedes y brindando.
Para el
té estábamos invitados en lo de Oetken en
Vicente Lopez y de noche en lo de queridos conocidos, nosotros los padres y
todos los hijos. El domingo a la mañana los novios hicieron visitas y al
mediodía y a la noche estuvimos todos en el Club de Remo Teutonia, donde
bailaron y presentaban a Peter, pero él aguantaba todo.
Bueno,
el 25 de enero era el gran día. Menos mal que la temperatura era pasable. Peter
y Fridel se pasaban recibiendo regalos y telegramas. De noche Fridel se vistió
en el departamento de Rudi y Rosie. La costumbre aquí es que el padre lleve su
hija al altar, donde se la entrega al novio. Así yo iba con Peter en un taxi a
la iglesia. Peter vino a lo de Rosie y Rudi, y estaba emocionado cuando vio a
su novia en su vestido, con la coronita de "Mirten" (azares). Mi
nietita Irene (de mi hija Elsita) iba adelante de los novios tirando pétalos de
rosas. Todos nuestros amigos ya estaban en la iglesia que estaba muy decorada.
Tres amigas eran las Damas de Honor y tres amigos las acompañaban.
Era un
momento muy impresionante cuando se abrió la puerta de la iglesia y Fridel
entró con su padre con la vista baja y la entregó a Peter ante el altar. Les
voy a mandar lo que dijo nuestro Pastor itinerante que habló muy bien. Después
pasamos todos a un salón de la iglesia, donde todos vinieron a felicitar al
joven matrimonio.
De allí
fuimos al Club Alemán para festejar. Éramos 30 personas y les vamos a mandar
las fotos. Mi marido y Peter hablaron muy lindo. Habíamos contratado unos
músicos y todos bailaban. La pareja se fue a las 12 horas y todos nosotros nos
quedamos muy contentos hasta las primeras horas de la mañana. Los hijos
recibieron muchos regalos, canastos de flores y sobres con dinero para
comprarse en Brasil lo que necesitan.
Estos
días pasan en el mejor hotel de Buenos Aires como unos duques ! Mi marido y yo
lo queremos mucho a Peter y les agradecemos que ustedes quieran igualmente a
nuestra hija.
Muchos
saludos para ustedes y su familia de
Frida y Rudolf Grimm