Blankenese,
22 de junio de 1958
¡Querida Frida y
querido Rudolf !
Recién habló Otto de
Fürstenfeldbruck por teléfono y nos contó que vuestros hijos partieron
bien en horas desde Génova. Ussa y Otto los acompañaron hasta el barco, pero no
podían esperar la salida porque hoy es el cumpleaños de Thomas y pasado mañana
Otto tiene que ir por 14 días a algún lado donde hacen pruebas de aviación.
Nuestros cuatro hijos
escribieron entusiasmados del lindo viaje, pero siempre muy poco. Pienso que
Friedel les escribió más detallado. Tengo la esperanza que ustedes nos manden
algunas fotocopias de las cartas de Friedel.
Mi diario, en el cual
escribo diariamente, hace días que no lo toco. Estoy muy intranquila y estoy
contenta si puedo hacer lo más necesario. Friedel me ayudaba pero la estadía de
Friedel y Peter estaba pensada para pasarlo bien y disfrutarlos, y no estar
todo el día en la cocina. Me alegro que pasé bien de salud, el esfuerzo que me
costó atender a mis queridos. Mi juvenil Guschen es mucho más aguantador que
yo. Para nosotros hubiese sido demasiado acompañarlos a Génova, aunque a
Guschen le hubiese encantado. Pero los "chicos" tuvieron que dejar el
coche aquí en Hamburgo, hubiésemos tenido que ir en tren. De andar en auto, ya
estábamos cansados. El tráfico en Europa es tremendo. Friedel y Hans les
contarán.
Ahora nuestros
pensamientos van otra vez a la Patagonia y con ustedes dos queridos que
hicieron posible que estos 3 meses los hemos podido disfrutar, aunque notábamos
que Friedel ya tenía ganas de regresar, pero tranquila de saber sus hijos en
vuestras manos. Ellos les estuvieron muy agradecidos haberles hecho este gran
favor.
Lamentamos que ustedes
dos tienen que regresar en el invierno a Buenos Aires. Quizás les alivia saber
que amamos a Friedel como si fuese nuestra hija carnal. Eso es algo especial y
no nos pasa con todos, tenemos nuestras experiencias, pero es lindo que ahora
se hayan conocidos los hermanos entre sí.
Ambos se sintieron
especialmente bien con Cord y Eike. Eike lloró tanto y dijo : "Esos son
los hermanos que más queremos y justamente ellos están tan lejos que no los
podemos disfrutar". Pero ellos ahí tienen sus hijos, su hogar y su trabajo
y están más seguros que en Alemania con su "milagro económico". Para
esto ustedes tienen la maldita inflación. ¡Nosotros siempre dependemos de Rusia
!
A los chicos, Guschen
les escribirá en breve. El se alegró mucho con las cartas para su cumpleaños.
Denles hoy muchos cariños nuestros. También ellos apoyaron este viaje de sus
padres y mandaban siempre noticias tranquilizadoras.
Con un gran abrazo,
somos vuestros fieles
Guschen y Anna.
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